
El Retablo
Todo el fondo del templo lo ocupa el monumental retablo, del mejor barroco granadino, de principios del XVIII. Originalmente se colocó el retablo de Miguel Cano hasta que en el siglo XVII fue sustituido por el actual, obra estructural de Blas Moreno y escultórica por el artista granadino José Risueño en 1717 que es de lo más representativo de su época.
El valor arquitectónico de este gran retablo se materializa en las cuatro columnas compuestas. En los intercolumnios barrocos, a base de fustes solomónicos y estípites, las imágenes de Santa Inés, Santa Catalina, San José y San Antonio Abad. En la hornacina principal, el manifestador para la exposición del Santísimo Sacramento; y en las dos hornacinas del banco, las correspondientes a San Pedro y San Pablo.
El altar mayor se completa con un rico frontal con incrustaciones de mármoles, con símbolos y atributos a la Eucaristía y a San Ildefonso. En la parte alta figura el "Ave Maria".